Quebec prevé contar con un banco de leche materna, luego de que el gobierno de Pauline Marois entregara un proyecto de ley que da el plan a Héma-Québec.

Si el proyecto de ley es adoptado, se solicitará la colaboración de 260 donantes para alimentar a los niños que nacen de forma prematura.

El consumo de leche materna en los bebés nacidos a las 32 semanas o menos reduce el riesgo de infección y de alergias, mejora la tensión arterial y el desarrollo óseo y, sobre todo, puede prevenir la  enterocolitis necrosante que causa, generalmente, la muerte de los recién nacidos.

Según el presidente de Héma-Quebec, el doctor Jean De Serrres, la necesidad es grande, pues nacen cerca de 1.000 bebés prematuros por año en la provincia y la tasa de complicaciones es mucho más elevada en estos niños que en aquellos que no reciben leche materna.

Entre tres y 10 bebés fallecen cada año como consecuencia de estas complicaciones, dijo el experto a La Presse.

El costo de un proyecto de esta magnitud se eleva a 900.000 dólares, el cual prevé el desarrollo de las infraestructuras. El de la operación anual se situaría entre 1 millón y 1,5 millones de dólares.

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